Triclinium Leoninum
A finales del siglo XVI, cuando ya el Papa vivió en los palacios al Vaticano, el Papa Sixto V hizo demolir la antigua residencia, el palacio de Letrán y pero se recomendò para preservar el ábside de Triclinio por el significado importante que los mosaicos de la pared tenian para la Iglesia.
El ábside conocido como Triclinium Leoninum era de hecho el ábside del gran Triclinium del palacio de Letrán, el Patriarchium, que el Papa León III había construido con el regalo que Carlomagno había enviado como agradecimiento por el don recibido de las llaves de San Pedro y el estandarte de la ciudad de Roma. El don de Carlomagno era una parte del botín que el rey de los francos había ganado en la guerra contra los Avaros. Parece que el Papa lo hizo construir para tener una habitación donde pudiera recibir a Carlomagno después de las celebraciones de Navidad en San Pedro cuando, sin anunciarlo, coronò el Rey de los Francos como emperador del Sacro Romano Imperio.
El Papa encargó a los arquitectos para conseguir un salòn similar en uno de los del palacio imperial de Constantinopla. El historiador del siglo XVI Panvinio cuenta que la gran sala estaba precedida por un pórtico que daba al campo de Letrán y tenía tres puertas que daban al porche y una cuarta lateral que daba a un corredor de que se entraba en comunicación directa con la basílica. Esta gran sala fue demolida en 1589 por Domenico Fontana, encargado de renovar la plaza de San Juan de Letrán como el palacio de Letrán no era la residencia de los papas ya desde el siglo XII.
En 1669 a Giovan Battista Falda la plaza de Letrán ya aparecía muy diferente, con el ábside de Triclinium visible a la derecha del edificio de la Escalera Santa; el arquitecto Fontana no sólo salvó de la destrucción de la gran sala el ábside, sino también las tres puertas (dintel) del pórtico de acceso que se utilizaron en la construcción del edificio de la Escalera Santa y se colocaron en el atrio que separa el Sancta Sanctorum.
El Triclinium fue un gran salòn (68 x 15,37 m), con cinco alcobas en cada uno de los lados largos y un gran nicho en el lado del fondo. En los nichos estaban colocadas camas semicirculares, porque incluso en la Edad Media la gente comía acostada como en la antigua Roma. La habitación tenía el techo en madera, el suelo de mármol policromo, una fuente central con un recipiente de pórfido, frescos en los diez nichos laterales y un mosaico hermoso y brillante en la pared del àbside.
En el maravilloso mosaico del ábside que aún puede verse en la plaza de San Juan, en el lado izquierdo se representa a Cristo que entrega las llaves de la Iglesia a San Pedro y la bandera con la cruz al emperador Constantino, en el lado derecho, sin embargo, el Príncipe de apóstoles da al mismo León IV el palio de obispo y a Carlomagno la bandera de la Iglesia: el Papa el soberano se compartian conjuntamente la atención al pueblo cristiano, al igual que sus predecesores, y tenía que responder por ello exclusivamente a la autoridad de la Iglesia de Cristo.
En la escena central - copia del original que se perdió - representa el Cristo que, después de la resurrección, ostiene un Evangelio con las palabras "Pax Vobis" y asigna a los Apóstoles la misión de evangelizar el mundo ...
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