Templo de la Luna
Luna fue la antigua diosa de los latinos y su culto fue llevado a Roma en la época de Tito Tazio, pero fue Servio Tullio que construyó un templo a la diosa en una posición encima de la Puerta Trigemina del Aventino, la colina que había encerrado en su murallas, pero dejado fuera del Pomerium. En el siglo VI. Antes de Cristo Allí vivía la parte del pueblo romano de origen latino que pertenecían a los estratos marginales de la población y con la construcción del templo se inició la obra de urbanización de la colina que se convertirá, sólo un siglo más tarde, con la lex Icilia en área residencial de la población y luego a casa para concilia plebis y la actividad de los tribunos.
La Dea Luna era la personificación de la luna a menudo unida en el mito a la estrella del día, el Sol en un doble enlace de hermano-hermana y marido-mujer; en la época clásica será para los Romanos la diosa "triforme" en la evolución de las fases lunares: Selene celeste como la luna en su plenitud, Hécate símbolo de la Luna Negra o menguante y, finalmente, la diosa Artemis de la luna creciente. El triple aspecto lunar representa el femenino en su ciclo de vida, la luna llena indica la plenitud de la mujer que está esperando un bebé con su vientre lleno de nacimiento y nuevas expectativas, lo que representa el poder reproductivo de la mujer. En el siglo VI antes de Cristo la Dea Luna seguía siendo la diosa arcaica adorada como la que preside los ciclos de la tierra, la fertilidad e incluso el parto.
Su culto estaba presidido especialmente por sacerdotisas, buscadas y temidas, ya que incluso practicaban rituales de magia que se hicieron en secreto; por estos antiguos ritos relacionados principalmente con el parto y el nacimiento, van a tomar forma las leyendas de "plaquetas" o brujas.
La fiesta para la dedicatio caìa el 31 de marzo, mientras que la fiesta de la Luna pasará a ser la de Diana, que se celebraba el 13 de agosto con ofertas votivas y banquetes que duraban durante todo el día.
El templo hasta el primer siglo. A. D. estaba fuera del Pomerio donde también podían detenerse los legionarios que regresaban de las campañas victoriosas y acabò de formar, con otros tiempos de Ceres, Minerva y Diana, una area religiosa en contraposiciòn de los templos más ricos del Foro.
No hay muchas referencias al templo de la luna, el primero es d 182 a.C. cuando durante una tempestad, el viento, que ya había derribado algunas estatuas de bronce en el Capitolio, desquiciò una de sus puertas y la envió chocar contra la parte posterior del templo de Ceres.
En el año 146 aC Lucio Mummio Acaico, el ganador en la guerra contra la Liga Aquea, donó al Templo algunos objetos que petenecìan del botine tomado en Corinto, entre estos unos hermosos vasos de bronce que se utilizaban en teatro para amplificar la voz.
En 121 a.C. el templo fue una de las etapas del escape de Cayo Graco , tribuno de la plebe que, para escapar de los tumultos en respuesta a sus propuestas de ley agraria, tuvo que refugiarse en el Aventino, y que en la carrera para salvarse su vida se deslocò un tobillo saltando desde el podio del Templo de la Luna (De viris ilustribus, 65, 5).
Aùn, en 84 aC, como lo recuerda Appiano (De Bellis civilibus, I, 78), el Templo de la Luna fue golpeado por un rayo en coincidencia precisamente con la muerte del consul Cinna, uno de los protagonistas de la guerra civil romana en la que se enfrentaron Mario y Sila.
La última noticia se relaciona con su "desaparición": la noche 18 de julio de 64 D.C. el templo fue alcanzado por las llamas del incendio ocurrido en el Circo Máximo, es casi seguro que los vigiles no lograron llegar hasta él que se quemò por completo; el templo nunca fue reconstruido.
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