Winckelmann y sus descubrimientos en exhibición en el Capitolio
Una exposición curada por los Museos Capitolinos, que se puede visitar en estos días, celebra el doble aniversario del nacimiento y la muerte del padre de la arqueología moderna: Johann Joachim Winckelmann. La exposición, abierta hasta el próximo abril, acompaña los que aman el arte a lo largo del camino del amor y el conocimiento que llevó al estudioso alemán a reescribir algunas páginas fundamentales de la historia del arte antiguo.
Winckelmann vivió en una época de transición, cuando las Luces del siglo XVIII comenzaron a inspirar nuevos aproches del patrimonio artístico de Roma, el mismo que llevó a Clemente XII sino instituir el primer museo público en Europa, el Museo Capitolino donde se ordenaron las obras maestras que los papas habían encontrado o comprado con el fin de evitar que el patrimonio artístico de la ciudad se dispersase.
Para ingresar tuvo que registrarse y cuando Winckelmann fue allí por primera vez en 1755, ingresó firmandose (en italiano) en el registro de inscripción como "Pittore sassone di nazione", èl que era también el secretario particular del cardenal Albani, èl mismo que había vendido su colección de estatuas al Papa para liberarse de las deudas de juego. Las obras maestras del arte romano, el Cardenal las había mantenido cerradas en los pasillos oscuros de su Palacio al las Quatro Fontanas; por el contrario, el Papa quiso exponerlas para dar a conocer a todos la grandeza de Roma y para esto también construyó un edificio, el Palacio Nuevo en la Plaza del Capitolio.
Desde entonces, la colección capitolina se enriqueció, pero también perdió algunas de sus obras maestras transferidos a otra parte por los papas y Napoleón en el corto período de ocupación francesa.
Entre las obras más significativas de la primera exposición llevads en otros lugares hay la gigantesca estatua de Antinoo Egipcio, ahora en los Museos del Vaticano, cuyo propio Winckelmann por primero diò una lectura correcta.La estatua encontrada en el área de Villa Adriana en 1740 fue inicialmente interpretada como una estatua griega de estilo egipcio erigida para honrar a un atleta que ganó dos Juegos Olímpicos y fue Winckelmann que, en contraste decisivo con los eruditos sus contemporáneos, abiertamente apoyó su datación al la edad de Adriano y no solo por el parecido con el joven amado por el emperador. En la exposición se puede admirar un molde de yeso de la estatua hecho por cortesía de los Museos del Vaticano.
En el trabajo de presentación de la exposición, se recuerda que en los primeros años de vida la entrada al museo fue gratuita y como para algunas salones solo fue posible con el pago de una propina a los cuidadores y como muchos artistas usaron este subterfugio para poder admirar y dibujar las grandes obras del pasado.
Uno se pregunta acerca de las muchas iniciativas - aperitivos y coffee shop - que los actuales directores de museos italianos están tomando para promover las maravillas que les han sido confiadas si no tienen que recordar el ilustre ejemplo y la visión previsora de Benedicto XIV que en 1754 promovió la Academia del Desnudo, bajo la égida de la Academia de San Luca, y del director hasta 1799 Ennio Quirino Visconti que permitió a los artistas retratar en vivo las innumerables obras de arte conservadas en el museo romano.
Los estudios y dibujos de artistas como Campiglia, que fue su primer director, Mengs, Humbert y Canova, se difundieron por toda Europa convirtiéndose en vehículos formidables para promocionar el museo y, al mismo tiempo, nuevos trabajos dignos de admiración por la forma en que sugirieron la fruiciòn de la obra original. Los talentos individuales fueron en busca de nuevas perspectivas y experimentaron con nuevas luces capaces de proporcionar diferentes claves interpretativas. En confirmación de esto, las palabras escritas por John Wolfgang Goethe "Las obras expuestas en el Museo Capitolino ... para determinar su belleza, es aconsejable verlas a la luz de las antorchas ... si quieres observarlos bien y evaluar cómo se merecen ".
El propósito de este diferente tipo de conocimiento es el mismo Winckelmann para explicarlo, refiriéndose a "la gran colección de dibujos (aunque antes) del señor Bartolommeo Cavaceppi", en su Historia del Arte: "... en el arte de los antiguos ... obtendremos ideas mucho más claras sobre la forma en que los antiguos se mantuvieron para alcanzar la perfección ".
de M.L. ©ALL RIGHTS RESERVED (Ed 1.0 - 12/02/2018)
Bibliografia: