La Loba: mito sagrado y mito profano
El historiador romano Tito Livio en el I Libro - Ab Urbe Condita asume la difícil tarea de explicar el origen del fundador de Roma.
Los dioses como siempre muevan los destinos de los hombres de manera obscura y caprichosa y los descendientes de Eneas siempre tienen que luchar para imponer su supremacía. El legítimo rey de Alba Longa, Numitor, fue derrocado por su hermano Amulio quien, no queriendo algùn reclama el trono, obligó a Rea Silvia, hija de Numitor, a convertirse en virgen Vestal y luego con el voto de castidad. Pero los dioses intervinieron, Marte cautiva Rea Silvia, quien se convierte en madre de los gemelos Romulo y Remo; el hecho se descubrió y Amulio ordenó matar a los bebés, sino un sirviente compasivo los dejò una posibilidad de salvación por las aguas del Tíber.
El Tiber en ese momento esté casi seco y la cesta se detiene en un recodo del río debajo de una higuera; aquí entre los animales que bajan a beber allí es una loba que oyendo los lamentos de los bebés arrastrarlos con seguridad en una cueva donde los cuidó hasta que pasa el pastor Fáustulo quien recogidos a los niños los lleva a su esposa Acca Larentia para dejarlos crecer juntos con sus hijos.
Tito Livio en esta historia ha hecho el milagro, ha entrado todos los elementos simbólicos de la tradición y fusionado con elementos reales de las narraciones orales.
Ahora se ha establecido que el nacimiento de Roma es el resultado de eventos progresistas que llevaron a varias personas a unirse y convertirse en una ciudad autónoma; pues los autores de la edad de Augusto, como Tito Livio o Plutarco por un lado logran dar origen épico a la nueva ciudad, por el otro mantienen los sagrados símbolos religiosos de la civilización etrusca, Latina y sabina de que originan la gens del pueblo de Roma.
El símbolo en que se centra la leyenda es la Loba, que se hace de Roma; la loba era el animal sagrado de Mamers, Dios de los sabinos, similar a Marte, y era también el animal tutelar de los latinos como Lupercus, mientras que para los etruscos el lobo había representado Aita, Dios purificador y fecundador. Se puede suponer que la fusión de los mitos ha sido procurada para tener una mayor cohesión entre los distintos grupos étnicos.
Todo el simbolismo aparece centrado en la figura del animal más conocido por la gente que vivía de agricultura y exorcizaba sus miedos dando atributos divinos a sus enemigos potenciales. En la religión primitiva estos animales, lobos y serpientes, aves de presa y uros salvajes pudrian dar la muerte pero eran los hijos de la Diosa Madre que era capaz de regenerar todo.
El culto de la Diosa Madre fue asociado a una cueva que simbolizaba la parte interna de la diosa que genera la vida y la cueva donde la loba llevò a los gemelos se llamò Lupercales.
Pero la leyenda continúa y después de la lupa en el mito aparece la mujer, Acca Larentia como la esposa de Faustulus y llamada "loba" porque Tito Livio escribe: "ac miraculo dato" (= increíbles rumores) vivià vendiendo su cuerpo.
Cultos arcaicos y no sólo italiacos, prevedeban también la prostitución sagrada de las sacerdotisas y por lo tanto, es posible que Acca Larentia fuera una sacerdotisa de la Casa donde se guardaba el Fuego Sagrado. Pero la gente nueva que se había asentado en el valle del Tíber pues reconociendo una similitud entre la Diosa Madre (Loba) y la diosa del hogar Vesta , no podía aceptar que sus sacerdotisas se dedicaban a actividades consideradas irreligiosas, y asì las vírgenes Vestales tenían que estar y permanecer castas. Así que la Virgen Vestal Rea Silvia culpable de infringir la regla pierde a sus hijos y su sacrificio es necesario para crear una nueva ciudad.
La Lupa es uno de los símbolos de Roma y está representada en muchos bajorelieves. Hoy es el animal símbolo de la ciudad de Roma y está representado por la estatua situada en los Museos Capitolinos.
La estatua de la Loba Capitolina como lo conocemos hoy primero aparece en un dibujo de 1438 cuando estaba parada en la torre de la familia Annibaldi frente a la cual se infligìan las penas y castigos; sin embargo, algunas fuentes, indican el Lateran como un lugar donde permaneció hasta 1473 cuando el Papa Sixto IV decidió darla a la gente de Roma con 10 florines con el cual se pagó Antonio Pollaiolo quien añadiò los gemelos.
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