El Cerro de Fortaleza Savella
Hay lugares mágicos en Roma, donde el tiempo parece haberse detenido, entre estos el Cerro de Fortaleza Savella que desde Plaza Boca de la Verdad llega hacia el Jardìn de los Naranjos. Estos nombres que evocan un ambiente de dulzura y serenidad son los olores de la Roma que percibe quien se deja atraer de un paseo a lo largo de la carretera que una vez llegaba hasta el Castillo de Crescenzi.
El camino existe desde los tiempos de la antigua Roma cuando se llamaba Clivius Capsarius porque se hallaba cerca de las tabernae de lo roperos de las termas de Sura; en la Antiguedad Tardìa fue llamado Vicolo de Santa Sabina que mantuvo hasta el siglo pasado.
En X siglo construyó su fortaleza la poderosa familia de Crescentii; la roca cayó alrededor de la colina hacia la Calle Marmorata, desde puede verse hoy todavía las murallas, y conteniò en el interior la Basílica de Santa Sabina y la de San Anselmo. Durante el Medioevo las familias romanas de Orsini y de Conti a menudo se enfrentaban con la familia Crescentii, es por eso que las residencias estaban fortificadas como auténticos castillos. En los siglos IX y X en Castellum Crescentii fueron alojados a Emperadpres Sajonas Otto I (880-912), Otto II (936-961), Otto III (980-1002) y Lothar de Suplimburgo coronado en Laterano en 1113.
La fortaleza en el siglo XIII se había convertido en la de Savelli, una rama de Crescentii que venía de Monte Sabello cerca de Albano, la que diò el nombre a la fortaleza. Según una leyenda medieval, los Savelli desciendeban de Aventino, hijo de Heracles y Rea, rey de los Albanos que había luchado junto a Eneas. El rey estaba rodeado de enemigos y muriò en la batalla y (como señala el historiador Aurelius Victor, IV d.c.) fue enterrado al pie del Monte que tomó su nombre. El lugar dónde estaba el sepulcro fue transmitida oralmente y no fueran dejadas indicaciones, pero los historiadores de 800 pensaron que la tumba a la que se referìa la gente era la de Titus Tatius, quien también fue enterrado al pie de la colina en un bosque de laureles cerrada entre dos vici llamados Vico Mayor de Laureto y Vico Menor de Laureto.
La poderosa familia de los Savelli tuvo dos papas: Honorio III y Honorio IV, el último en lugar de vivir en el Vaticano habitò en el Palacio fortificado en la colina del Aventino con su familia y su hermano Pandulf Savelli, poderoso y respetado senador de Roma.
A menudo, el fuerte fue utilizado como refugio por los papas; al final del siglo XIII en ello, papa Bonifacio VIII recibiò a Carlos II de Anjou.
La roca Savella controlaba la ruta de acceso desde el mar, de hecho, en la antigua Roma bajo pasó la Calle Salara; para llegar al Castillo era justo subir lo que hoy se llama el Cerro de Fortaleza Savella. El castillo tenía muchos Torres a distancias regulares y para entrar en ello había una entrada, dicha torre-puerta, de la que se pasaba a través de un puente levadizo.
La fortaleza en el ' 500 ha dejado de ser una fortificación y se convirtió en un gran jardín rodeado de muros. No obstante, la zona nunca perdió totalmente su vocación militar, también por su ubicación estratégica.
Durante los acontecimientos de la República romana (1849), los franceses de las murallas de la fortaleza bombardearon hacia Puerta San Pancrazio en la colina del Janículo liderada por las tropas de Garibaldi que enfrentóque se defendian de la milicia francesa.
La carretera, que puede correrse solo a pie, termina en el Jardin de las Naranjas, quizás la más romántica terraza con vistas al panorama de Roma.
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