Domus Augusti
Octavio eligió establecer su residencia como princeps inter pares en el Palatino, no solo porque siempre había vivido en la colina y la élite aristocrática siempre había vivido allí, sino porque había sido la casa de Romulus y allì estaba el mundus, el pozo de fundación de Roma. Después de él, muchos emperadores romanos eligieron la Colina del Palatino como su hogar y agregaron otros edificios a la domus Augusti que con el tiempo se convirtió en la casa privada del emperador, mientras que los otros edificios de la colina asumían funciones relevantes para la actividad administrativa y religiosa del princeps.
Aún no sabía que tendría que refundar Roma, solo tenía seis años cuando heredó de su padre la hermosa casa "ad Capita Bubula", cerca de la Región Palatina; cuando se convirtió en triunviro, compró la casa del orador Ortensio y parece que las ha unido agregando un pórtico llamado "tecnophion". La domus de Ortensio no era una casa pretenciosa, las columnas del atrio eran de piedra peperino y lindaba con la de Quinto Lutatio Catulo, nieto del cónsul del 101 a. C. que había compartido con Mario la victoria sobre el Cimbri en la batalla de Vercelas. Octavian también compró la domus de Catulo y la unió a las otras dos domus.
En el programa arquitectónico de Octavian, se preveía la construcción de una nueva domus, que debía ser el elemento más visible de su visión de una nueva Roma. Solo después de haber derrotado a todos los oponentes, el princeps dejó claro su proyecto político a todos yendo a construir su casa sobre el Germalus, justo en frente de la cabaña de Romulus y después de haber identificado y protegido el altar de sacrificios, bajo el cual se hallaba el Lupercal, la cueva de toba donde, según la leyenda, la loba había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo. Estos míticos lugares de Roma se ubicaron en las dependencias de la domus del senador Ortensio, una casa pequeña y no lujosa de solo 2764 metros cuadrados que, adquiriendo otras propiedades vecinas, Ottaviano pronto amplió a 8570 metros cuadrados.
Octavian quiso que sus arquitectos construyeran un palacio que se desarrollaba alrededor de dos patios y con habitaciones a diferentes alturas siguiendo la elevación de las laderas del Palatino; la domus estaba se dividió en dos partes, una pública y otra privada, que se desarrolló alrededor de los dos patios siguiendo el ejemplo de los palacios reales de los reyes griegos. Las obras aún estaban en curso cuando en el 36 a. C. Octavio recibió una señal divina, un rayo cayó sobre la domus en construcción: Apolo quería una casa diferente que fuera digna del hijo de un Dios. La primera casa fue luego enterrada y utilizada como base de la nueva, tres veces más grande, que cubría un área de aproximadamente 22.000 metros cuadrados.
Los recursos financieros para el gran proyecto fueron proporcionados a Octavian por su fiel amigo y excelente general Agripa, quien en el mismo año condujo la flota romana a la victoria de Nauloco, recuperando Sicilia bajo el control de Roma y conquistando un botín considerable.
Veleyo Patérculo narra que en vista de la batalla naval con Sexto Pompeyo, el joven triunviro hizo un voto a Apolo: habría construido un templo en su honor justo en lo alto del Palatino.
Las riquezas traídas por Agripa permitieron a Augusto comprar otras áreas, donde habían otras domus quemadas, asì que pudo fusionarlas; entre estas algunas que habían sido propiedad de importantes personalidades como la de Cicerón y la de su hermano Quinto, mientras que otras propiedades le habrían llegado por expropiación como la de Clodio (padre de su primera esposa) que adquirió desde la propiedad estatal después que su viuda Fulvia sufriera la 'expropiación de bienes por haberse alineado con los cesaricidios ...
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