El cifrado de Julio César
Julio César para enviar sus mensajes confidenciales creó un código encriptado, pero utilizaba también otras diferentes técnicas criptográficas, tanto que Valerio Probo escribió todo un tratado sobre el tema que, lamentablemente, se ha perdido. El código que conocemos hoy en día es lo que Suetonio describe en su "Vida de los Césares".
La necesidad de enviar mensajes que tenían que mantenerse en secreto a los oponentes tiene orígenes antiguos y ya en el siglo VIII-VII a.C. se recurriò a una técnica llamada esteganografía, por la que el texto estaba escondido físicamente. Herodoto cuenta cómo el tirano de Mileto, durante una guerra con los persas, para enviar un mensaje a un aliado hizo afeitar el cráneo de un mensajero, escribir el mensaje y después de que el pelo creció lo envía al destinatario. En la misma técnica se incluye el uso de "tintas simpáticas", a partir del bien conocido jugo de limón.
Una técnica diferente, la transposición de las letras del mensaje, fue utilizado por los espartanos quienes inventaron la escitala, instrumento con el que los éforos enviaron mensajes secretos a los generales en guerra. La técnica requería el uso de dos bastoncitos gemelos y de una larga tira de pergamino, envuelta en los bastoncitos, en que el mensaje estuvo grabado en la dirección longitudinal; la decodificación correcta del mensaje dependía del diámetro de los palos dobles, uno de los cuales tenía que utilizar el remitente para escribir el mensaje y otro él tenía el receptor para descifrarlo.
Julio César seguramente conocía la escitala y tal vez incluso los escritos secretos del Antiguo Testamento, de los cuales el Atbash puede ser considerado el primer verdadero código cifrado que iba a dar la vuelta al alfabeto así que la primera letra se convirtía en la última y la última en la primera y, posteriormente, todas las demás.
En este caso, el mensaje fue cifrado de transposición y esta es la técnica que también Julio César adoptó y que Suetonio en De Vita Caesarum describe como sigue:
"... si qua occultius perferenda erant, per notas scripsit, id est sic structo litterarum ordine, ut nullum verbum effici posset: quae si qui investigare et persequi velit, quartam elementorum litteram, id est D pro A et perinde reliquas commutet"
Julio César sustituìa cada letra de su mensaje con la letra que se encontró tres posiciones más adelante en el alfabeto; por lo que cada una A se convirtía en D, cada B se hacía ed E, y así sucesivamente; las tres últimas letras del alfabeto fueron reemplazados por las tres primeras.
Por ejemplo, usando el cifrado César:
"Omnia Gallia est divisa in partes tres"
RPQND LDOOND HVZ GNBNVD NQ SDUZHV ZUHV
El código ahora conocido como el Cifrado César, es uno de los algoritmos criptográficos más antiguos.
El cifrado César no utiliza ninguna llave, el simple conocimiento del algoritmo hace que sea posible romper la encriptación (técnicamente no es un sistema de cifrado), pero en su simplicidad en el I siglo a.C era suficiente para asegurar las informaciones, ya que los hombres capaces de leer eran muy pocos.
La necesidad de enviar mensajes cifrados era debida a la facilidad de ser interceptados por los enemigos y rivales y, probablemente, Cesare sabía que también sus enemigos en Galia y Alemania utilizaban una escritura secreta; depositarios de esta escritura secreta fueron los Druidas, los sacerdotes de los Celtas, que siempre habían utilizado un lenguaje secreto con el que "protegían" sus conocimientos y los misterios de sus ritos.
Los Druidas en realidad tenían un verdadero alfabeto dijo Ogam, o escritura de los arboles que tenià dos signifidos, además de un significado claro de los signos que todo el mundo era capaz de entender, también tenía un significado secreto que debía de ser interpretado y este fue el conocimiento de los druidas.
En la historia de Roma fue César el primero que se ocupó de establecer una manera de proteger las informaciones; de la necesidad del secreto se preocupò también su sucesor Augusto que utilizabaun sistema de cifrado, sin embargo, más complejo; un texto llave se ponía en el texto a cifrar utilizando la suma de las distancias desde el comienzo del alfabeto, de modo que sólo los que poseían el texto llave podrían comprender el mensaje cifrado original.
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