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Vibia Sabina emperatriz

Vibia Sabina emperatriz

Su vida fue decidido por su madre, Salonina Matidia que no quiso renunciar a la potencia que había conseguido como sobrina de Trajano que que le tenía mucho cariño porque no tuvo hijos, pero había sido el tutor de Adriano, que también disfrutó de la estima de Plotina; para Matidia y Plotina el matrimonio entre Vibia Sabina y Adriano parecía una solución óptima para asegurar la continuidad de la dinastía y para ellas el medios para mantener sus privilegios: Vibia Sabina tenía 14 años cuando en el 100 se convirtió en esposa de Adriano.
Su esposo tenía gran respeto y consideración por Vibia Sabina ya que fue ella quien legitimó su poder al ser bisnieta en la línea materna de Trajano; Adriano también era pariente de Trajano ya que su padre Elio Adriano Afro era un primo.
Fue por este parentesco que Trajano se convirtió en tutor de Adriano y lo hizo transferir a Roma desde la ciudad de Italica en Betica, pero lo nombró su sucesor solo poco antes de su muerte. Los historiadores creen que la designación de Adriano como Emperador se debió a un ardid de Plotina y que la carta de nombramiento fue realmente preparada y firmada por ella.
Unos días después llegó la noticia de la muerte de Trajano y ciertamente en el Senado hubo quienes dudaban de la legitimidad de la designación: en este punto fue Vibia Sabina quien legitimó a Adriano como emperador.
Pertenecía a la familia Ulpia como sobrino de Marciana, hermana de Trajano y ya hacía 17 años que era esposa de Adriano y seguramente con él en Siria cuando llegó la carta en la que se le informaba que había sido designado sucesor.
El papel público de la emperatriz siempre fue reconocido y destacado por Adriano.
Los historiadores se refieren a ella como una mujer "Morosam et asperam", o más bien caprichosa y gruñona y que, según Tácito, odiaba a su marido hasta el punto de no querer darle hijos "para no generar calamidades para la humanidad", pero más allá de estas revisiones no hay otra información. Ningún historiador ha tratado de explicar cómo la emperatriz consideraba a sí misma y a su marido, ni si tenía una visión política propia como la tuvieron, por ejemplo, Livia, Antonia, Julia y las dos Agripinas antes que ella.
Alguna información sobre Vibia Sabina la reporta el historiador Sparciano, según quien tuvo algún papel en la destitución por Adriano de su secretario Suetonius Tranquilo y del prefecto del Pretorio Setticio Claro; en realidad la historia ciertamente fue un poco más compleja. En 122 Adriano con la motivación oficial de haber tratado a la emperatriz con excesiva cercanía destituyó a su prefecto Setticio Claro y también a su protegido, Cayo Suetonio Tranquilo, el erudito e historiador conocido como Suetonio que ocupaba el importante cargo de procurator a studiis et ab epistulis, es decir, era el custodio del archivo del emperador y se ocupaba de toda la correspondencia. Parece poco probable que las razones dadas fueran ciertas, probablemente fue una maniobra de Vibia Sabina para sugerir personajes más cercanos a ella.
Ningún historiador contemporáneo la ha desacreditada - suerte que no tocó a ninguna de las mujeres de la dinastía Antonina -, porque representaba bien el estereotipo de la matrona imperial obediente, cariñosa y sencilla, ciertamente nada fácil al lado de un emperador que, aunque ilustrado amante de las artes, tenía una pasión abrumadora por un joven que también quiso declarar divus, Antinoo. Más difícil aún de explicar es cómo resolvió Adriano la proximidad de dos afectos muy diferentes en la representación que había creado en el obelisco honorario para el divus Antinoo ...



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de M.L. ©ALL RIGHTS RESERVED (Ed 1.0 - 13/02/2021)




Bibliografia:

  • Amalia Margherita Cirio: L’iconografia di Giulia Balbilla, Accademia Editoriale, Pisa.

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