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Los Dioscuros de Montecavallo

Los Dioscuros de Montecavallo

La gran plaza frente al palacio del Quirinal construida por Sixto V parece haber sido diseñada por un arquitecto racionalista que quiso enriquecerla con dos imponentes estatuas de caballos y jinetes de líneas muy puras.
En cambio, las estatuas de caballos y sus jinetes han estado allí durante mucho tiempo antes de que se construyera la residencia de los Papas en el Cerro Quirinal; cuando la entrada de "Vigna d'Este" todavía daba a la plaza y asì lo que quedaba de las Termas de Constantino.
Las estatuas son copias romanas de los siglos II-III desde originales griegos del siglo V a.C. y representan a los Dioscuros, los caballeros mitológicos, hijos de Júpiter que en la mítica historia de Roma salvaron al ejército romano en la batalla del Lago Regillo; en la Alta Edad Media se creía que eran obras de artistas famosos, tanto que en la base están escritas las palabras “Opus Fidiae” y “Opus Praxitelis”.
Detrás de las inscripciones de las bases se esconde el enigma de los divinos gemelos de Montecavallo: ¿son realmente copias de obras de Fidias y Praxiteles?
En la Edad Media y más tarde en el Renacimiento, no se investigó el contenido artístico y la procedencia del grupo de mármol, lo que en sí mismo representó una ventaja inesperada porque, para el deleite de la vista, aún estaba intacto; sin embargo, fue solo con el tiempo que quedó claro quién representaban las estatuas y quién las había hechas.
En “Mirabilia Urbis Romae”, quizás la guía medieval más difundida y conocida de Roma, se informó que las inscripciones eran los nombres de los dos personajes; más rica la descripción en la "Ruta de Einsiedeln" del siglo VII que indicaba las estatuas como retratos de dos filósofos, Fidias y Praxiteles, que habrían dado consejos a Tiberio y les hubiera gustado que las estatuas dedicadas a ellos fueran de mármol en lugar de bronce porque sabían que las estatuas de bronce se podían reformar.
Afortunadamente, los estudios de filología del siglo XVI dejaron en claro que Fidias y Praxiteles habían sido dos grandes escultores griegos que, sin embargo, habían vivido en épocas distintas y, por tanto, no podían haber trabajado juntos; sólo en el siglo XIX gracias al arqueólogo Furtwängler se descubrió que había un Praxiteles el Viejo, abuelo de Praxiteles, que pudo haber trabajado con Fidias. Sin embargo, haber comprobado que los artistas podrían haber trabajado juntos no los convirtió automáticamente en los ejecutantes de la obra y de hecho las estatuas son copias romanas realizadas según la iconografía dictada por Fidias y Praxiteles.
Plinio el Viejo habla de un coloso de bronce desnudo, obra de Fidias, que había sido traído a Roma y de ese se hicieron copias en mármol donde el tema eran los gemelos protectores de Roma con sus espléndidos caballos, estos últimos casi idénticos a los caballos. que Fidias construyó para el Partenón.
Las estatuas fueron colocadas a la entrada de los Baños de Constantino que ocupaban las faldas del Quirinal y aun cuando solo las ruinas de los baños mantuvieron su grandiosidad, tienen 5,60 metros de altura, las salvaron del subsuelo y de cualquier tentación de ser transportado a otro lugar.
Desde la Edad Media todos los visitantes de Roma han podido admirarlos en el mismo lugar donde todavía se encuentran hoy e incluso el Quirinal se llamaba Montecavallo por su presencia.
La posición en la que se ubican hoy es la diseñada por Flaminio Vacca para Sixtus V, complementada por los cambios realizados en 1783 por Carlo Antinori para Pius VI. El Papa Sixto V quiso crear una exposición adecuada para el castillo terminal del Acqua Virgo y decidió utilizar las dos estatuas gigantes que - ya estaban en la plaza pero colocadas frente al Palacio Vercelli o de la Consulta- para ello tenían que ser volteadas hasta que cierran visualmente el escenario de la Strada Pia (hoy Via XX Settembre); el Papa confió la tarea a Domenico Fontana, quien retiró las estatuas y las colocó frente al Palacio del Quirinal y puso una fuente antes a ellas. El último movimiento de las estatuas fue encargado por el Papa Pío VI quien hizo levantar el obelisco que se encontraba en el Mausoleo de Augusto entre los dos grupos de mármol; los dos grupos se separaron para dejar espacio al obelisco y se colocó frente a este una palangana de granito que venía de Campo Vaccino para recoger el agua que caía del chorro de Acqua Virgo.



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